Paseando por Madrid sin rumbo mientras busco tiendas de discos, más concretamente por la calle Montera, pero limpia sin sus putas ni los sex-shops que dieron tanta fama a esta calle. Ahora solo hay policías, sitios de comida rápida y tiendas de gilipolleces para gastar dinero al tuntun.
Pues paseando por allí sin esperarlo me encuentro “Killer’s Discos”, una antigua tiendecita que parece un armario lleno de música y películas hasta el techo. Me flipan estos lugares y pasaría horas mirando lo que tienen.
El tema es que allí mismo, en la pequeña exposición que tenían de cintas, entre las zarzuelas y otras cosas viejunas, estaba Manolo Kabezabolo. Un punkarra muy cachondo que aunque sea maño lo relaciono mucho con mi época de “alcoholico de fines de semana” cuando salía de bares (o botellón) desde finales de los 90 hasta bien entrados los 2000 en las noches madrileñas.
Me costó 9€, me parece buen precio para ser una cassette original y que… ¡De estas debe haber pocas! Me parto con sus letras y me encantó escucharlo de nuevo en 2024 mientras paseo por la ciudad. Mola mazo escuchar punk en cassette.
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